CRÓNICA | “Es mi madre”: la peor noticia de su vida

CRÓNICA Es mi madre la peor noticia de su vida

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (AGENCIA VÓRTICE MX).- —Sí, es mi madre, afirmó el joven y se llevó las manos al rostro.

Así empezó su mañana, con la peor noticia recibida en su vida.

Este martes, su día transcurriría como cualquier otro: dando clases en un salón de clases, hasta que una llamada lo cambió abruptamente.

—Tu mamá sufrió un accidente.

Con la misma noticia llegó el taxista, quien por solidaridad tomó el celular de Guadalupe y se comunicó con el esposo.

Él le dio indicaciones para entregarlo y llevó el teléfono hasta la puerta.

Tras la noticia, su hijo salió de clases y llegó corriendo hasta la zona acordonada en la Avenida Central y 3ª Poniente.

Una mujer estaba a varios metros de él, debajo de una cobija y pensó lo peor.

Quiso evadir la cinta de acordonamiento, pero un policía le impidió el paso.

— ¡Quiero saber si es mi madre! reclamó

Pero el policía ya tenía una foto lista para identificarla.

— ¿Es tu mamá?

El joven asintió y se cubrió el rostro.

EL ACCIDENTE

El percance ocurrió justo a las 11:00 de la mañana de este martes sobre la zona centro de la ciudad capital, justo cuando había una manifestación en el cruce de la Avenida y Calle Central que causaba congestión vial.

Según los agentes de Tránsito y Vialidad Municipal, María Guadalupe Pérez, de 62 años de edad, intentó cruzar la acera cuando una camioneta Chrysler con placas CX-15-406 se incorporó de la 3ª Poniente a la Avenida Central y la arrolló.

La velocidad con la que Jesús Humberto López Gordillo maniobró en ese pequeño tramo provocó que la llanta delantera izquierda pasara sobre el cuerpo de la sexagenaria, lo cual le arrebató la vida al instante.

Los gritos de auxilio se escucharon enseguida.

Es la güera, indicaban, pero hasta ese momento, aún se ignoraba de quién se trataba.

Es mi madre, confirmaría más tarde el hijo, quien no podía creer la peor noticia de su vida.

La noticia no sólo desgarró a él sino también a los que lo rodeaban: extraños, policías y cuerpos de auxilio.

El joven no podía siquiera hilvanar palabras, volteaba de repente a donde estaba su madre y el dolor era mayor.

Lamentaba al cielo.

Cuestionaba.

Y regresaba al llanto.

El chofer fue detenido.

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