Panes & Peces

Lo bueno, lo malo y lo feo
En algún lugar de Tuxtla Gutiérrez, de cuyo nombre quisiera acordarme, dije: «en gustos se cierran tiendas». Un sujeto (sin predicado, dijera el filósofo de Pinola) se me quedó viendo, le dio un tiro al Montana y luego, con voz grave, me preguntó de quién era la frase. Iba a responder que se me había ocurrido (a mi solito) decirla, pero al ver su pose de intelectual comecaca (ICC), le dije: «es de Carlos Monsivais». Aprobó la respuesta con otro tiro al Montana, adoptó una nueva postura, pero ahora de intelectual comemierda (ICM), y se deshizo en un remedo de crítica literaria de la obra del Monchis, palabras más, palabras menos, que ahora no recuerdo.
Desde entonces he topado con cientos de intelectuales comecaca (y cabe apuntar) que no son exclusivos de Chiapas, sino que abundan «a lo largo y ancho de la república mexicana». En marzo de 2014 se me apareció un ejemplar de esos, cuando llegué a una librería que (me advirtieron) era la más conocida y concurrida de la ciudad. ¿La razón? Presentar a escritores chiapanecos, y de paso vender libros. Dicha librería vende también café «de altura», además de bocadillos y delicias minimalistas. Luego de esperar unos minutos, apareció el flamante sujeto (sin predicado), se presentó como el creador del «concepto» y dueño del mismo. Le dije el motivo de mi largo viaje (diez horas) hasta su negocio. Le recité la propuesta de creadores que se presentarían por Chiapas. Se me quedó viendo y (¡Oh, dios!) apareció la maldita pose de ICC, que dio inicio cuando e frotó el rostro con ambas manos, preparándose para conectar hasta el más allá en un trance digno del Doctor Alicán y el Niño Vidente (1). Una vez conectado y en modo ICC, dijo,
Mira, la idea no es mala, pero yo creo que debes traer «lo bueno» de la literatura chiapaneca. Los autores que mencionas no los conozco, y el trabajo de ingresar los libros al sistema, y la promoción de los mismos, es una joda. Exige calidad en la propuesta, porque si no es así, se corre el riesgo de un público escaso y cero ventas.
Le dije que si bien no eran conocidos en su ciudad, era (ingenuo de mí) el momento de aprovechar para darlos a conocer, y que la obra de cada uno era el mejor aval. Entonces cambió a modo ICM, para decir,
No dudo que sean destacados, pero la verdad, el mejor escritor que ha dado Chiapas se llama Jaime Sabines, ¡y créeme que se los envidiamos! Nosotros no hemos tenido un escritor de esa talla. Lo digo de verdad. Y volviendo al asunto de lo destacado, te digo, no es lo mismo que, por ejemplo, Antonio López venga a presentar una manual para hacer bolitas de papel, a que lo haga Juan Villoro… con el primero no vendría nadie, pero con el segundo este negocio se llena. ¿Me explico?
La llegada del café «de altura» me trajo de vuelta del mundo de lo bueno y lo malo. Di un trago, para desapendejarme, porque ya casi estaba convencido de lo dicho por el ICM. Dejé la bebida, y sin más le pregunté si tenía un pico y una pala. Me vio con ojos de ¿para qué $%&/()=? Yo, vuelto del oscuro trance, agregué. Sí, primito, si tienen un pico y una pala vamos por Jaime Sabines y de volada, arreglado el asunto. Está de más decir si le hizo gracia o no, pero a mi sí, porque esa fórmula es la misma que le vi a Kauffman, cuando lo abucheaban en las Vegas porque querían ver a Elvis Presley… y no a él.
De regreso a casa (otras diez horas), seguía pensando en el asunto del pico y la pala. Luego pensé en lo bueno y lo malo, y apareció de volada lo feo. Recordé un ejercicio de «animación cultural» realizado hace años en la cafetería del CCCJS. El ejercicio era simple. Ante la necedad de los ICC y los ICM locales por definir la ruta del gobernador en turno, más los kilos de pétalos de rosas y (claro está) su propio lugar para la foto histórica del acontecimiento (el aniversario luctuoso del «poeta mayor»), pensamos en crear un muñeco de Jaime Sabines, el cual tendría un dispositivos parlante donde recitaría a modo lo que buenamente quisieran programarle los ICC y los ICM, por ejemplo: «El ICC es mi mejor amigo»… «ICM es el bastión de la cultura y el arte»… «Siendo las 11 horas del día domingo 21 de marzo del 2067, declaro inauguradas las calles de esta ciudad». Sería un muñeco «bueno» y «destacado», barato, rendidor, sin tener que pagarle regalías, sin quejas, siempre sonriente para aquellos que, por ejemplo, nos envidian al poeta, quienes bien se podrían liberar de ese pecado con una foto junto a Sabines.
En materia turística el éxito estaría garantizado, y cuando viajaran escritores contemporáneos a otros estados, se harían acompañar de un monigote del poeta, para garantizar la venta de libros y café. La esperanza estaría en que, un día, ese pecado de la envidia fuera superada por gestores y promotores de cultura, diputados y libreros ICC e ICM, y comenzaran a ver a los escritores contemporáneos con otros ojos, a escucharlos, compartir asombros, y por qué no, beber un café chiapaneco a la altura de las circunstancias. ¿Tú qué opinas?
- Se rumora que el Doctor Alicán tuvo serias diferencias con el Niño Vidente, las cuales se adivinan irreconciliables. Cada uno da consulta por separado, con renovados bríos y nuevos servicios. Ambos siguen garantizando satisfacción total. (Antonio López)