Piden se investigue muerte de madre y bebé en hospital de Tuxtla

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Piden se investigue muerte de madre y bebé en hospital de Tuxtla

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (Agencia Vórtice MX).- Fue el 18 de agosto del presente año cuando María Guadalupe de la Cruz Ramírez ingresó al Hospital Regional Doctor Rafael Pascacio Gamboa, sus familiares esperaban contentos pues daría a luz a su quinto hijo; sin embargo, esa noche la situación tuvo un giro inesperado.

«Lupita» como comúnmente le decían de cariño sus hermanas, había muerto y en el interior de su ser yacía también sin vida su bebé.

Eran las 15:00 horas de ese mismo día de agosto, María comenzó a sentir contracciones y luego le sobrevino un atenazante dolor que la hizo poner de cuclillas en la sala de su vivienda, en ampliación Los Limones, cerca de la colonia Las Granjas.

Los dolores acechantes se convirtieron en un ‘viacrucis’ para la joven de 32 años que desembocó finalmente en una ruptura en la fuente. Su bebé (un varón) estaba en camino.

Pronto, su esposo Didier Trujillo de Domínguez, de 28 y de oficio albañil, tomó de los brazos a su pareja y a una cuadra de su hogar tomaron un taxi con dirección al hospital.

Tras una hora de espera, los galenos ingresaron a la mujer. Un médico le indicó a Didier que fuera a la farmacia para que comprara unos medicamentos y en efecto, el hombre accedió y se dirigió a comprar lo solicitado.

Al regresar con lo pedido, Didier le entregó los medicamentos al galeno y éste tras obtenerlos, giró la cabeza y regresó al nosocomio.Esa fue la última vez que, fue atendido por los trabajadores del hospital.

«Mi mujer ya había sido revisada meses antes y los doctores habían llegado a la conclusión que, ella iba a ser intervenida por cesárea; sin embargo, en ese momento lo cambiaron y mencionaron que iba a ser por parto natural; mi esposa ya había sido detectada con preclamcia por lo que el haberla obligado a tener un parto natural le causó posiblemente la muerte», narró Didier.

Las horas transcurrieron, ahí, afuera sentado sobre la banqueta y acompañado de sus tres cuñadas esperaron a que Lupita saliera bien del parto.

La tarde del sábado se fue tornando en una noche lóbrega con una profunda expectativa. A las 22:00 horas y tras controlar la presión arterial, los médicos le informaron a la familia que, Lupita ya estaba en «pase de labor».
Sin embargo, los galenos le informaron a Didier que, el parto de su esposa iba a ser natural.
Esto lo preocupó y en seguida reviró al médico, «Oiga, pero en el pase que le dimos mencionaba cesárea y no parto natural».

«Sí, pero el parto anterior fue natural así que éste se puede hacer de la misma manera», respondió el galeno.

Y así fue, el parto comenzó a trabajarse tal y como lo había argumentado el médico.
Conforme fueron transcurriendo las horas, a lo lejos y detrás de las enormes rejas de seguridad del nosocomio, un internista llamó a Didier. Eran las 2:00 de la madrugada.

«Oiga, necesitamos medicamentos para su esposa», ordenó el internista.

Así que, Didier salió corriendo a la farmacia y al regresar le indicó al galeno que no había logrado conseguir esos fármacos, sin embargo, para ese instante, la situación había tenido un giro inesperado.

«Déjeme decirle que su esposa está muy grave, sufrió un infarto y estamos tratando de salvarle la vida», comentó el internista a la familia.

Los segundos giraban a vuelta de rueda, el sueño se había desvanecido y los peores temores afloraban de la piel de los familiares.

La madrugada caía en aplomo sobre los hombros de Didier, quien le suplicaba a Dios por la salud de su bebé y de su esposa.

A las 3:00 de la madrugada, un médico salió de quirófano y presurosos se dirigió a la familia.

«Lo sentimos, hicimos todo en lo que estuvo a nuestro alcance, el bebé falleció señor Didier», comentó el galeno.

La esperanza y la ilusión se fueron desvaneciendo en los ojos de Didier, las lágrimas comenzaron a abrirse paso a través de sus mejillas y la ilusión de ser padre nuevamente comenzó a enfilarse a un recuerdo.

» ¿Y mi esposa?», preguntó Didier al médico, pero éste sólo dio la media vuelta y regresó al hospital.
A las 4:00 de la madrugada, dos internistas salieron corriendo hacia la familia y les informaron que Lupita había sufrido un segundo infarto.

Este fue el último reporte que obtuvieron los allegados de la dama convaleciente.

Al abrirse camino el amanecer, el hombre caminó hacia el quirófano preguntando por su esposa, los galenos nuevamente le informaron estaba bien y que continuaban los trabajos.

Al observar a su esposa desde el pasillo sintió que algo no estaba bien, los médicos ya no lo auxiliaban por lo que le preguntó a otra persona y ésta le dijo que lo sentían mucho pues su esposa tenía 22 minutos de haber fallecido y que su bebé ya no decidieron sacarlo por lo que aún continuaba muerto en el interior de Lupita.

Los hombros de Didier se encogieron y su rostro se desencajó, la desesperación lo invadió y aún consternado por la difícil situación caminó hacia su familia para contarles la noticia.

Hasta este instante, Didier no logra comprender la muerte de su esposa y de su bebé por lo que señaló que buscará justicia con las instancias correspondientes para esclarecer el deceso de su pareja pues la familia de Lupita manifiesta que su muerte puede apuntar a una negligencia médica.

«Inclusive, cuando muere mi mujer, los médicos me exigieron que buscáramos a una funeraria para que trasladaran una carroza al hospital y así sacaran el cadáver de Lupita lo más pronto posible. No quisieron que se esperara más tiempo pues querían que en cuánto antes retiraran el cuerpo, eso también provocó en mí mucho enojo y a la vez tristeza por el poco profesionalismo de estas personas», señaló Didier.

El lunes 20 de agosto, al filo de las 15:00 horas, trasladaron los restos de Lupita al panteón municipal de la colonia Terán.

El cuerpo de la mujer fue sepultado junto con su bebé aún en su vientre. Ambos fueron despedidos por todos sus familiares quienes lloraron, la recordaron y suplicaron una exhaustiva investigación sobre este lamentable hecho.

«Estamos buscando que la Fiscalía General del Estado atraiga el caso para que se realicen las averiguaciones correspondientes e inclusive si se tiene que exhumar los restos de Lupita para que le realicen la necropsia que marca la ley y tengamos un mayor conocimiento de lo que verdaderamente ocurrió pues que se haga y su familia está en total de acuerdo», manifestó Nazaret Aguilar, hermana de la Lupita y agregó «este hecho se investigue, mi hermana seguiría con vida si no es por la negligencia de este hospital».

«Las personas que llegan a este nosocomio es porque no tienen recursos, pero eso no justifica que sean tratadas de la peor manera. Esa noche cuando mi hermana estaba siendo intervenida me di cuenta que los médicos que ahí operan son practicantes y no residentes, entonces con eso uno puede darse una idea de lo que está realmente sucediendo. Suplicamos a la Secretaría de Salud que atienda nuestro caso y cambien esta grave problemática de malos tratos y atenciones infrahumanas en los pacientes», finalizó.

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